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Exposiciones: Xisco Mensua "Álbum de Cronos"

Xisco Mensua "Álbum de Cronos"

Jueves, 27/Diciembre/2018
Sábado, 26/Enero/2019

Artistas

Xisco Mensua Curriculum


 

 

La biblioteca del tiempo o el glosario infinito: Álbum de Cronos, de Xisco Mensua.

Nacho París

 

(…) su vida ya no es el origen de sus fábulas, sino una fábula concurrente con su obra: hay una reversión de la obra sobre la vida (y no el caso contrario)

Roland Barthes. De la obra al texto

 

(…) el discurso, ya se sabe, tiene el poder de retener la flecha, ya lanzada, en un retraimiento del tiempo que es su espacio propio. Es posible efectivamente, como dice Homero, que los dioses hayan enviado las desdichas a los mortales para que puedan contarlas, y que en esa posibilidad el habla encuentre su infinito recurso; es posible de hecho que la cercanía de la muerte, su gesto soberano, su resalto en la memoria de los hombres escaven en el ser y en el presente el vacío a partir del cual y hacia el cual se habla

Michel Foucault. El lenguaje al infinito

 

Copias pintadas de páginas de libros, de portada de publicaciones, o el tiempo pensado, narrado, interpretado… ¿Quizá nuestras representaciones del tiempo retratadas?. Álbum de Cronos es el extraño, singular, sistemático, minucioso y poético esfuerzo de Xisco Mensua en mostrar una biblioteca particular, inacabada e inacabable –infinita–, del empeño cultural en aprehender la naturaleza del tiempo. De Parménides a John Cage, de Mozart a Marcel Proust o Buñuel, la acumulación parece abrir un interrogante sobre la eficacia de ese tesón, de esa insistencia del arte y el pensamiento, de la imagen y la palabra en comprender qué es el tiempo. Es difícil saber qué pretende Xisco Mensua pintando esta personal biblioteca, porque al proponernos imágenes exentas, autónomas, de cada portada o página donde nada más aparece, donde no hay nada fuera de ella, sin otro contexto que no sea su pertenencia a esta misma serie (Álbum de Cronos), o sea, su  proximidad en la pared a otra pintura una vez expuesto el cuadroabandonado a su relación con el anterior y el siguiente,parece no decir nada, solo referir, señalar, solo indicar, como en un gesto prelingüístico previo al nombrar, que designa pero que no significa, que escapa al decir. Es posible entonces que todo esto solo sea una advertencia emitida desde la sospecha de quecuando hay una voluntad de decir que se materializa en una obra, una acción, una imagen, cuando lo universal se particulariza ya hay una ausencia respecto a las posibilidades infinitas de lo decible y de todas las formas de decir. Pero paradójicamente, al pintar los libros, las palabras, las citas, al modificar su materialidad, al apropiárselas y proponerlas de otra forma, en ese juego de representaciones,produce una insubordinación del sentido que hace pensar que una vez escuchado lo dicho, o contemplada la obra – compartida–, en ese tiempo y lugar distinto al de su producción, el de su recepción, aunque se produzca irremediablemente una nueva ausencia en el contexto en que se muestra a nuestros ojos, en la experiencia de todos y cada uno de los espectadores, en la suma de subjetividades atentas se opera sin embargo una reconstrucción hacia lo universal o hacia lo común del sentido. Así que Álbum de Cronosen su serialidad reconoce simultáneamente, la potencia inscrita en la condición pública de la imagen y la palabra, es decir, cuando esos lenguajes y visiones son de todos y de nadie, y la imposibilidad de cualquier lenguaje y de una o de muchas voces y miradas para reducir el mundo. De modo que quizá pueda servir hablar de lo inabarcable o lo indecible, a pesar de lo irreductible del paso de los días y la muerte. Parece necesario “contar” el tiempo (no cuantificarlo o medirlo, pensarlo en palabras e imágenes, comunicar algo sobre él) porque es posible que en la voz como voluntad, en el querer decir, en el ser del lenguaje en el tiempo esté inscrita su inseparable relación con la muerte. Para M. Foucault ya en la Odisease propone el lenguaje como un regalo de la muerte, y en cierto modo el discurso como defensa. Y es más, no sólo es que sea defensa, es que esta glosa del mundo hace que, como dice Paul de Man, aunque “Nadie en su sano juicio intentará cultivar uvas por medio de la luminosidad de la palabra «día»” no es difícil ya “no concebir la forma de nuestra existencia pasada y futura de acuerdo con esquemas temporales y espaciales que pertenecen a narrativas de ficción y no al mundo”.Así que, en la manera de citar de Xisco Mensua, en ese señalar por medio de la construcción interminable de una serie de citas dibujadas, de libros pintados que muestran la heterogeneidad de la imagen, su condición simultánea de documento y objeto imaginario, de realidad, representación y ficción, además de que se nos remite a las múltiples tensiones entre imagen y palabra, entre lo sensible y lo inteligible, y a las complejas relaciones entre lo público y lo privado, la memoria personal y  colectiva, se da un  paso constitutivo del significar al ser, quiero decir que al margen de la indicación mas inmediata que sería que “el texto nunca puede decir toda su verdad” ( Todorov) lo que se constata es que, ahora que lo que nos es propio deja de ser en cierto modo un saber desde la experiencia misma para convertirse en una proliferación de interpretaciones, la presencia de las ficciones, de los dobles, de los simulacros que la cultura produce, son también el tiempo mismo, narratividad que es devenir y no significado, acontecimiento sumergido en la historia.En general todo el quehacer artístico de Xisco Mensua se aproxima, como una tentativa, a la comprensión de la relación y las posibilidades del lenguaje, de la palabra y la imagen, para contar o pensar el paso de los días y la ausencia… pero sin confiar demasiado en la victoria de una lógica que venza la extrañeza sobre ese afuera, y consciente de que el lenguaje poético y su esfuerzo estético encuentran en el tiempo y la muerte un límite al que se dirigen y contra el que se alzan.

 

 

 

 

 

 

 

 



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